El
origen de los colores de la escarapela argentina y las razones por las que
fueron elegidos para simbolizar nuestra patria no pueden establecerse con precisión.
Se cree que aparecieron por primera vez en el escudo que en 1649 el cabildo de Buenos
Aires creó para la ciudad. Los criollos los veían también en el manto de la
virgen, y los soldados del cuerpo de Patricios tenían en sus sombreros un
penacho blanco con el extremo azul celeste.
En 1810 los patriotas se distinguían
con cintas celestes y blancas. Desde las barrancas del Paraná, Manuel Belgrano,
que había sido comisionado para dirigir la construcción de dos baterías, pidió
al Cabildo la adopción de una escarapela.
El
triunvirato, después de estudiar la petición de Belgrano, resolvió reconocer la
escarapela nacional de las Provincias unidas del Río de la Plata, con los
colores blanco y azul celeste.
El Himno
Por F.
Julio Picarel
Con
la luz de las glorias nacionales
Y
aleteos de cóndores andinos,
Palpita
en sus acordes inmortales
El
alma de los héroes argentinos.
¡Libertad!
¡Libertad!... entona el pecho
Y
¡Libertad! … anuncia el sol radiante;
¡Paz!...
desde el Pilcomayo hasta el Estrecho,
Desde
las altas cumbres al Atlante!
Es
la voz de la patria redimida,
La
síntesis profunda de su historia,
El
titánico aliento de su vida
Y
el canto magistral de su victoria.
Y
así vibrante, cual fraterno grito
Del
alma patria en generoso anhelo,
Remontando
su acento al infinito,
Saluda
al mundo en el azul del cielo!
Si este post fue de tu agrado, no dudes en
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario es bienvenido, déjalo a continuación: