miércoles, 1 de julio de 2009
De Nuestra Historia
"El investigador de estas historias personales, anécdotas maipuenses, ha volcado su esfuerzo en la lectura, análisis de expedientes del Juzgado, selección y posterior redacción en el diario de Maipú (La Voz) donde refrescan a los Maipuenses con crónicas complejas unas, jocosas otras, pero marcadas todas por un sello inconfundible: el ambiente social, económico y político que se vivía en el Maipú de ayer.”
El Amigo, fiel a su cometido de reflotar nuestra historia y los personajes que la construyeron y la construyen, ofrece, hoy a sus lectores, dos artículos que considera cumplen con lo expresado al comienzo de esta nota y que constituyen el Prefacio con el que el Director de nuestro Museo, en aquella oportunidad, Profesor Oscar Fantini encabezó uno de los trabajos presentados por el investigador local Sr. Juan P. Caputto, llamado "De Nuestra Historia."
Policiales de 1918
Un Mordisco
Esta tarde a la 1,30 en el conventillo conocido por el “Mercado Viejo”, discutían por cuestiones de intereses José Galazzi y Domingo Camilo (A) “Cocoliche”, como no pudieron llegar a un acuerdo, para hacer valer sus razones, cada cual apeló a sus puños, propinándose mutuamente una tanda de trompis.
“Cocoliche”, viendo que los puñetazos no daban resultado, se le prendió a Galazzi como “saguaipé”, y de un feroz mordisco le partió el labio inferior.
Terminó la escena cómico – dramática con la intervención de varios “Botones” que condujeron a Galazzi al consultorio del médico de policía Dr. Juan J. Barbieri para su curación y “cocoliche” a “un departamento reservado” de la Comisaría local, donde espera el día del “juicio final”.
-No me hagan reír, que tengo el labio partido – diría Galazzi.
(Diario La Voz: 25 de Enero de 1918)
Puso de garantía un revólver.
El 2 de setiembre de 1892 se presentó ante el Juez de Paz suplente, de Maipú Carlos Hill, actuando de secretario Antonio I. Corti, el vecino Juan Bertoni y expuso que viene a entablar demanda contra Luis de Dios Villaverde, por indemnización y daños que le causó una vaca overa rosada de dicho Villaverde, en un terreno de quinta que el exponente posee en dicho pueblo, consistente en la rotura del cerco alambrado y de once palos de tala, que solicita le sean arreglados, como también se haga cargo de las costas y costos.
El Juzgado llama a ambos a una audiencia de conciliación, ratificando Bertoni su demanda y Villaverde dice que está conforme con abonar los once palos reclamados, pero en este momento no tiene con qué pagarlos y pide un término de quince días para satisfacer la deuda. Oído esto por Bertoni dice que pide el importe de los palos en el acto, o que deje una garantía o el certificado de la vaca causante del daño, para esperar el plazo que pide, finalizando la audiencia y se abre el juicio a prueba.
Al día siguiente se presenta nuevamente Villaverde al Juzgado manifestando que ante el pedido de una fianza por parte de Bertoni, y hasta tanto pueda indemnizar los daños que se le reclaman, viene a depositar en el Juzgado como garantía, un revólver Bull Dog British (sic), y pide se le concedan 8 días para abonar lo reclamado, a lo que se hace lugar.
NOTA: Es copia de los originales obrantes en el Centro de Investigaciones Históricas del Museo Kakel Huincul.
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