viernes, 29 de enero de 2010

1928: Crónica de una pelea durante un baile


Investigación: Juan P. Caputto







El sábado a la noche, se realizaba en “El Café Viejo”, un bailongo que se hallaba muy concurrido y animado, al decir de un cronista social y en el cual se había reunido la flor y nata de nuestro vergel orillero.
Entre milongas y rancheras se deslizaban las parejas, sacando lustre al piso, cuando debido a la aglomeración, uno de los bailarines pisó a otro, que no pudo permitir semejante falta de consideración, máxime que en ese momento se hallaba bailando con “la Parda” Encarnación, que era allí “la flor del pago”.

Es claro que eso trajo una serie de aclaraciones mutuas, que lejos de aclarar oscurecieron el asunto y Pedro Arnossi intervino para apaciguar los ánimos y en esas circunstancias, se ignora quién le aplicó un palo en la cabeza, lesionándole aunque no de consideración.

El bochinche produjo el desbande consiguiente, no sin antes que algunas damiselas intentaran desmayarse. Y llegó la policía, la policía siempre ha de meter la pata y disolvió “tan agradable reunión”.

Poco después, algunos de los concurrentes al bailongo se trasladaron al restaurant Cametti y en la vereda del mismo se trabaron en discusión sobre lo ocurrido en el baile. Entre éstos estaban los hermanos Jesús y Rafael Martínez, conocidos por “los gallegos Martínez”, Honorio Sánchez, Lucio Giménez, Dámaso Gómez y Juan Caballero, los cuales sacaron a relucir revólveres y “fillingos” y ahí nomás, punta y hacha; “No dispares maula”, “no me tires hermano”, “por tu mamita”, “zas”, “trasching”, pum, pam, pum” y se armó la de “órdago”.
Que parecía una asamblea del “Frente Único”, donde, como se sabe, nada se entiende.

Resultado; Giménez, con el filo de su cuchillo le hizo unos cortes y quebradas en el cuero cabelludo a Gómez y éste a su vez, hizo un disparo de revólver contra Giménez, hiriéndolo en el pecho, lado izquierdo, Rafael Martínez, apareció con unos cortecitos en la oreja zurda y Juan Caballero, que parece, quiso actuar de redentor, con un tajo en la mano izquierda.

En lo más lindo de la trifulca, apareció la policía - otra vez a interrumpir la diversión – y arrió con los combatientes y otros, que si bien no intervenían en la refriega, tenían algo que ver con ella.
Fueron secuestrados 15 cuchillos, un surtido de las más variadas clases, dimensiones y calidades. Giménez y Gómez se asisten en el Hospital.

Se ha dado cuenta del hecho al Juez del crimen de Dolores, Dr. Pizarro.

Nota: Textual del diario “La Voz” de Maipú. Ejemplar Nº 7157 del 12 de marzo de 1928.
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