Noches perfumadas de amor y amistad, víspera de
Navidad, Año Nuevo, Reyes, los amigos “serenateros”, como todos los años nos reuníamos
para dar alegría a la gente; Rogelio y su bandoneón, Carlitos Rivera (Alberto
Echagüe, para el tango), Carlos Molina, (el gallego de la manzanilla), Néstor
Lareu (el serio de grupo).
Algunas veces
se unían “Pelusa” Desimone y Reynaldo Bustamante (Bigote de chancho). Los “Serenateros” nos juntábamos días antes
para un repaso a los tangos, para que la cosa no saliera tan “cruda” comenzamos
con la Nochebuena, luego del clásico brindis familiar, nos encontrábamos en los
de Rogelio y después de la una de la madrugada, cuando las familias se
encontraban en plena celebración, en una ventana cualquiera, se escuchaba el
rezongo de un “fuelle” y la voz de algún pretendido cantor; ¡qué hermoso! En
ese momento un silencio total en plena reunión, muchos aplausos, una ventana
que se abre y un “muchas gracias” (como en la canción, nos arrimaban una
botella en atención a nuestra “serenata”).
Los “serenateros” de la noche seguían por las
veredas del pueblo, repartiendo alegría, canciones, música por distintas ventanas
que se abrían a nuestro paso, demostrándonos amor y cariño por esto tan lindo
que es la “serenata”.
Nos alejamos un poco del centro, donde el canto del
grillo y el redoble de algún sapo, en las zanjas con agua, nos hacían el coro
para nuestra serenata; ¡qué fraternidad! Cómo en el centro, se abrían ventanas
y puertas, nos hacían pasar para festejar y brindar con ellos (esto no tiene
precio). Así transcurría la noche de los
“serenateros”, cuando ya las primeras luces del alba y el canto madrugador de los
gallos, nos anunciaban el nuevo día.
Volvíamos a nuestro punto de partida, gordos de contentos y llenos de
alegría por todas las atenciones recibidas.
Las calles solitarias de una noche mal dormida, a la
distancia, un solitario rumbo a su morada, por la calle de tierra que nos
lleva, un perrito que ¡vaya a saber dónde pasó la Nochebuena!, nos acompaña.
La “serenata” se fue a dormir, en una noche sin
regreso.
Hasta siempre “serenateros”.
Rogelio
Hann
– Maipú: Octubre de 1999.
Video: "La vieja serenata"
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